
La promesa
Salvador Ramajo Ramajo
El amor siempre es buena noticia. Y de modo principal en su referencia y vínculo a la Buena Nueva venida del Padre, el Señor Jesucristo. Con su mutuo amor, el hombre y la mujer a lo largo de la historia dan respuesta al proyecto original de Dios, continúan la Creación y dilatan por los siglos la presencia amorosa de Dios hecha carne en Jesucristo. Él es el Sí a todas las promesas de Dios. Y en Él encuentra sentido, alimento y plenitud la promesa de amor que nace del encuentro amoroso entre hombre y mujer.
