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En Castellón, encuentro de primavera

En Castellón, encuentro de primavera

En Castellón, encuentro de primavera

3 abr 2025

Encuentro de primavera en Castellón del 28 al 30 de marzo de 2025

No puedo evitar escribir esta crónica desde mi experiencia personal. Aguantad hasta el final, que esto pretende ser un recorrido espiritual. Llegamos al seminario Mater Dei de Castellón. Tras un viaje de 3 horas desde Barcelona. Con cuatro niños en el coche. El mayor tiene 5 años... Viajazo.

 Al llegar me doy cuenta que el cansancio del coche nos invade a todos, lo que desencadena en gritos y quejas (de todos); también el cansancio del viernes después de una semana de trabajo, y por último el hecho en sí de estar en un sitio nuevo que no conoces. Todo esto me hizo entrar en una vorágine de sentimientos negativos muy agradables al tentador, se estaba poniendo las botas conmigo. Gracias a Dios que tengo un marido santo, que viendo mi absoluta apatía y consecuente inutilidad, tomó las riendas de la situación.

 Nada más llegar no encontramos más que sonrisas, amabilidad y disposición. Patricia y Pau estuvieron muy atentos siempre y tuvieron mucha sensibilidad y detalle con cada uno de los asistentes. Nos fuimos a dormir directos, y ahora lamentamos que fuera así por no haber podido compartir más tiempo con todos.  "Mañana será otro día", me dije. Y me compadecí de los que seguían en la carretera y todavía no habían llegado a la casa.

 Al día siguiente, un viento tremendo pero un sol intenso. Se levantaron tan pronto nuestros hijos que nos dio para improvisar un partido de fútbol a las 7 de la mañana. Aquí la cosa empezaba a pintar mejor en mi interior, y mi marido lo percibió porque estaba feliz de verme así. Llegó la Misa, los niños recibieron su catequesis (qué grandes monitoras y gran sacerdote). Después el desayuno, y mi marido viendo mi penosa actitud me advirtió: "tranquila, les gustará a todo el mundo menos a ti". Lo cierto es que lo disfruté muchísimo. Buenísimo y mejor compañía.

 El profesor, Eduardo Ortiz, un gran filósofo y pedagogo, mi marido y yo coincidimos en que destacaba por su humildad a la hora de enseñar, cualidad que me parece imprescindible para un profesor.

 Esta vez, el fin de semana giraba en torno a “La familia, comunión de personas”, e hicimos hincapié en la monógama. La que hasta Claude Levis Strauss, el antropólogo francés, reconoció como el modelo de familia más extendido por todo el mundo.

 Empezamos con la importancia que tiene ordenar y priorizar los amores, y tuvimos la oportunidad de reconocer que somos precisamente  nuestra prioridad, egocéntrica, y cómo esto condiciona a todos los demás. Hablamos luego de la impaciencia del romanticismo, de los niveles de acceso a la Verdad, entre muchos otros temas. Vimos también los modelos de familia que existen hoy, o cómo la llamó nuestro profesor: la familia polimorfa, por todas esas posibilidades que existen hoy en día: monoparental, homosexual, poliamorosa, etc. Aprendimos que en la familia es dónde la persona se hace, y que lo que debemos hacer es crear un sujeto moral adulto y maduro, es decir, virtuoso. Finalmente destacar algunas de las grandes preguntas de debate ¿El mundo va a mejor? ¿El trabajo de una madre en casa debería ser remunerado? Evidentemente cada uno se habrá quedado con aquellas cosas que más le han impactado, aunque otros se fueron a casa con montones de folios escritos. Yo, en este punto, no podía estar más que rebosante de gozo.

 Como siempre la librería y los aperitivos, muy presentes y apetecibles entre clase y clase. Ha sido inevitable llevarse a casa unos quilos de más, ya sea en libros o en calorías. Nuestros hijos felizmente agotados gracias a un trabajo excepcional de las monitoras. Qué bueno es para las familias que esto se cuide bien, creo que es lo que permite todo lo demás. Gracias.

 Para terminar, destacar lo valiosas que son cada una de las tertulias; formales, informales, en clase, en el pasillo o a la hora de comer. Y con todo este contenedor (profesor espléndido) y contenido (Verdades que llenan el alma) mi interior se iba convirtiendo, gracias a Dios. Y para concluir, una frase que dijo mi marido y pienso que es perfecta para definir estos findes: “Este ambiente es muy sano para el alma”.

 Familia Schaefer Béjar