El hombre está llamado al amor, pero ha de aprender a amar. El amor se experimenta y a amar se aprende. El tiempo de aprendizaje es un tiempo largo. Podemos aprender a amar durante todas las etapas de nuestra vida.

El amor sensible es importante en el amor conyugal, pero la voluntad humana juega un papel fundamental en el amor humano, ya que asume e integra de una forma adecuada a la pasión y el sentimiento. Los verdaderos amantes, ante la pregunta: ¿Por qué te has casado? Responden: “porque te quiero”, pero también: “para quererte”. “Me he casado contigo porque te amo y para amarte cada día más”.

Se aprende a amar en familia. Se aprende a amar pasando por las etapas existenciales de la vocación al amor: ser hijos, ser esposos y ser padres. Pietro y Gianna reconocieron que el Matrimonio es una realidad realmente grande y sagrada. Decidieron pasar del amor —del experimentar el amor— al amar. Por ello quisieron poner todo su empeño en prepararse muy bien para recibir el sacramento del matrimonio. Pietro y Gianna pusieron —principalmente— el énfasis en cultivar su interior personal. Se tomaron en serio el corregir los defectos que podrían afectar a la futura vida en común, así como se tomaron igualmente muy en serio el desarrollar la capacidad de sacrificio, de diálogo y de trabajo durante la espera al matrimonio. Se estaban preparando siendo un hombre y una mujer muy auténticos