Preguntarse cómo aterrizar en el ambiente cultural, social y eclesial en el que vivimos la riqueza pastoral y doctrinal que brinda el Máster de Especialista Universitario en Pastoral Familiar es algo que todos los alumnos del Instituto Juan Pablo II se hacen desde el principio de su formación, pero sobre todo una vez acabada ésta con la defensa de su propia tesina: ¿y ahora qué? Haber disfrutado de un total de 12 encuentros (9 de ellos de un fin de semana a lo largo de tres años; 3 de ellos de una semana durante los veranos) es algo más que haber acumulado mucha información y bibliografía sobre los bloques temáticos que estructuran el Máster, porque siendo éste una experiencia eminentemente académica y formativa, no se reduce sólo a ello y por eso se entiende que sean muy importantes también los momentos de convivencia y comunicación establecidos con tantas familias, con los matrimonios, con los hijos, los monitores, los profesores…, sin olvidar, por supuesto, los momentos de oración en familia que van desde el ofrecimiento de obras por la mañana a la Eucaristía, pasando por la manera entrañable de rezar el Rosario en familia por las tardes. El Máster es un ambiente que envuelve y por eso quien se asoma a él, debidamente informado y motivado, es muy difícil que no enganche con esa corriente de vida que está beneficiando a tantos matrimonios, a sus hijos, a varios sacerdotes y algún consagrado.