Sapientia Amoris
27 abr 2022
Somos seres dinámicos que tendemos a realizar en la vida un ideal. Si se trata del ideal verdadero -el de la unidad-, seguimos un proceso ascendente - “extático”- que nos lleva a la cota más alta de nuestra realización personal. Nos produce admiración y asombro ver a qué alturas de la vida personal podemos llegar.
Si el ideal es falso -el ideal egoísta que busca el propio interés y lleva al “vértigo”-, nos hundimos en el pozo del envilecimiento. Nos produce estupor descubrir lo bajo que podemos llegar a caer.