LA VOCACIÓN AL AMOR MATRIMONIAL

Cada uno de nosotros estamos llamados a algo magnífico, a dar la vida por un ideal que nos supera, que merece la pena. Dios ha pensado en nosotros desde la eternidad y nos ha llamado a una vida grande en la que dar mucho fruto. Y a esa llamada respondemos con total libertad, ¿y si hay otra persona a la que debo incluir en mi proyecto? ¿Y si el plan de Dios para mi es una unión conyugal en la que darme a otra persona como un don?

La vocación al amor conyugal es una llamada que resuena en el corazón con una fuerza capaz de comprometer la vida entera. Ahora sí que puedo decir que no concibo mi vida sin ti, que formas parte de mi proyecto, que ya es nuestro proyecto. Y ahí comienza a vislumbrarse esa decisión de convertir nuestro enamoramiento y nuestro noviazgo en algo más, porque nuestro corazón hace suya la expresión ¡qué bueno que existas! Y se lanza a conquistar ese nuevo territorio, el que será nuestra vida juntos.