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Último encuentro de otoño en Madrid del 29 de noviembre al 1 de diciembre

Último encuentro de otoño en Madrid del 29 de noviembre al 1 de diciembre

Último encuentro de otoño en Madrid del 29 de noviembre al 1 de diciembre

4 dic 2024

 La integración del amor y el don del Espíritu

 La influencia del Espíritu Santo en la sexualidad humana: con este objetivo inicial, se ha planteado el encuentro de otoño celebrado en Madrid el pasado fin de semana del 29 de noviembre al 1 de diciembre.

La actualidad de la temática y la significación en la sociedad y en la cultura en que vivimos han puesto en valor el calibre y la importancia de abordar esta cuestión.

La casa de espiritualidad de Emaús, en Pozuelo de Alarcón, respiraba desde el inicio del encuentro, un ambiente de familiaridad y comunión, como viene siendo habitual. La presencia del Padre Juan de Dios, con su auctoritas, combinada con su sentido del humor y reconocimiento del estado de su auditorio, conseguía generar en el alumno una tensión académica particular, aunando lo mejor de la educación universitaria y las artes escénicas.

Concentrar en un día y medio la doctrina de la Iglesia sobre la sexualidad humana no es cuestión baladí. Era un encuentro exigente para todos, formador y formandos, no solo por su ritmo dinámico y trepidante, sino por la necesaria capacidad de síntesis y asimilación de la materia. Situación que requería, como se apreció, un punto adicional de superación del punto de partida por las injerencias y predisposiciones propia de la cultura que nos rodea.

De hecho, una de las conclusiones que emanan del encuentro es que la cultura es clave en la configuración de la concepción de la sexualidad en el hombre de cada época. Vivimos en un periodo de decadencia que necesariamente está dando paso a una nueva etapa cultural y ahí es donde se han de concentrar los esfuerzos para ser partícipes de la nueva configuración del hombre que ha de nacer.

La formación recibida ha de transformar la persona, la familia, y por extensión, la sociedad. Nadie enciende una lámpara para ponerla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de la casa. Vivimos en el mundo, sin ser del mundo. Y es en esta contraposición en la que hemos de caminar hacia la santidad.

La conformación del espacio en que habitamos, y particularmente el que habita la familia, fue precisamente el objeto de la tesina que tuvimos la oportunidad de presenciar en el ínterin del encuentro. La familia Marzo López nos ilustró de modo sobresaliente acerca de la importancia del cuidado de los espacios en la casa, como medio para favorecer la comunión de la familia y la santificación de sus miembros. La luz, la palabra y el corazón, como elementos estructurales del hogar.

Esta ocasión de vivir en directo la defensa de la tesina aportó en los participantes un componente de realidad en el camino de la formación. Todo lo recibido a lo largo de los años de esta enseñanza se concreta en un documento que es reflejo de la familia particular, como síntesis de lo aprendido y su integración en un aspecto propio su esencia, que contribuye a aportar un elemento de novedad y luminosidad. Claro expositivo de la correlación entre don y tarea que inspira la vida de los santos, la vocación cristiana.

Mención especial merecen los monitores por su ayuda en el trabajo oculto desempeñado a lo largo del fin de semana. Con infinita gratitud, todos los participantes del encuentro hemos podido disfrutar del sosiego y disponibilidad necesarios para que la semilla recibida pueda encontrar tierra buena para dar fruto. Y con la confianza de que algún día, en un futuro no muy lejano, sean ellos conscientes del valor de su entrega al convertirse en ayudados.

Hemos podido contar también con la presencia de don Fernando en la Hora Santa del sábado, a quien agradecemos sus palabras y dirección en la oración, situándonos ante el tiempo que viene, el adviento, y mostrándonos la apertura del corazón con la que hemos de acoger al Niño que ha de nacer.

Cansados, pero no abatidos, reconfortados, pero no ensoberbecidos, salimos del encuentro hacia el nuevo encuentro, el de nuestra rutina en el mundo, conscientes del don recibido y de la grandeza de la misión que define la vocación de la familia. Salimos con el corazón ensanchado, con la biblioteca repleta de lecturas, y con la cartelera a rebosar de películas para aprender a hacer cultura y transformar la sociedad.

No te sometas al insensato, ni tengas miramientos con el poderoso. Hasta la muerte lucha por la verdad, y el Señor combatirá por ti” (Eclesiástico 4, 27-28).

Así que ¨mucho jabugo y que se mueran los feos¨.

 Alberto y María