403_IGLESIA-Y-SOCIEDAD_ARTLa grandeza del amor conyugal, visto como encuentro

Alfonso López Quintás

La verdad es que menudean los fracasos matrimoniales. Y entre los jóvenes se extiende el temor a comprometerse de por vida. Les parece una temeridad. Y lo es si no hay garantía alguna de que el amor pueda perdurar. ¿Existe tal garantía? Sí existe, y no consiste en conocerse en el aspecto sexual antes del matrimonio -como a veces se piensa ingenuamente- y en tener una información pormenorizada de todas las cuestiones relativas al ejercicio de la sexualidad. La única garantía de que el amor perdure es que sea auténtico, que tenga la debida calidad y no sea una caricatura. Si doy por hecho que la vida de amor se reduce a saciar apetencias instintivas –propias del nivel 1-, juzgaré imposible que el amor perdure (nivel 2). Pero no puedo contentarme con esta idea pobrísima del amor. Tengo que descubrir que el amor es algo mucho más rico y más difícil de lograr: consiste en una forma muy alta y valiosa de unidad.

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